Me siento bien, al igual que todas las mañanas, cada despertar durante los últimos cuatro años ha sido igual, ligera cruda y muchas ganas.
Nunca estuve enfermo o nunca lo acepté. Hoy es el último día.
"-Pase por sus cosas en la tercer ventanilla, buen día."
Pensar que en poco más de dos meses puedes recuperarte y superar las adicciones es un total desconocimiento del paciente.
29 de febrero: Conseguí dinero por unos consejos que cualquiera puede aprender en internet. No quiero un trabajo; tengo una casa pagada por la empresa y todo el alcohol que necesito.
Fui contratado como gerente sólo por recomendaciones, no aceptaron un "no" por respuesta, al parecer soy un economista reconocido con un salario que no paga ni un puto comedor público... sería el más envidiado si vieran la casa que se supone pago con ese sueldo.
1 de abril: Estoy cansado de pseudo-empresa, nadie quiere trabajar, creen que saben más que yo, son unos completos soberbios; pensaron que haría magia y los volvería ricos de la noche a la mañana. Renuncié. Desempleado de nuevo, debo aceptar que me empezaba a acostumbrar al horario de oficina, mi día consistía en trabajar y únicamente trabajar, no quedaba tiempo para tomar y eso me llegaba a irritar un poco. No salgo de casa, ayer compré un cincuenta; hace tanto no probaba el efecto, sí lo extrañaba. Más de la mitad terminó vuelta cenizas.
Llevo quince días en casa, un viejo amigo me invitó a una reunión de la empresa donde trabaja, espero no lo tome como una cita después del rompimiento con su wey, jodido maricón. Platiqué con sus jefes, tomaron confianza muy rápido y me enteré que lo van a despedir, preguntaron si me interesaría el puesto, no lo dudé ni un poco, soy un ojete con suerte.
Ahora mi sueldo es mucho mejor, mi ex-amigo intentó madrearme, debe estar saliendo del hospital, apostaría que se convertirá en lo mismo que yo: un alcohólico más.
21 de mayo: Llevo casi un mes aquí, muchos me conocen. Hoy es la cena del vigésimo aniversario de la empresa. Todos llevan un traje tan caro como sus putas de acompañamiento. Llegó el jefe en un coche del año para nada modesto y la primera en bajar es su esposa, qué cuero de mujer, comienzo a divagar con ella... me la quiero coger. Llevaba un vestido rojo abierto de la pierna derecha, eran las mejores piernas que veía en mucho tiempo, mientras subía la vista me crucé con su cadera y una curva exquisita, más arriba llevaba un escote que no dejaba mucho a la imaginación y para terminar; llegué a su rostro, una sonrisa perfecta para las cámaras y unos ojos cual abismos. Toda la reunión la estuve mirando, no podía quitarle los ojos de encima. No quería.
13 de junio: Hace dos días que realicé mi fantasía más grande, hice a la mujer de mi jefe mía, nos deseábamos mutuamente, se supone está de viaje con sus amigas cuando en realidad debe estarse despertando en mi cama. Estoy seguro que si el jefe se llega a enterar me manda matar, estoy muerto por dentro y además, sólo es sexo.
Me estoy enamorando, no quiero, ella está casada con un pendejo que puede terminar conmigo con una llamada. Hace casi un mes no tengo una sola gota de alcohol en mi cuerpo, no extraño esa sensación, el estar con ella ya sea en la cama o simplemente pasando el rato, lo supera todo, no despierto con cruda, es ella queriendo más de lo que su marido no le puede dar.
Hace media semana se fue del país, gasté el salario en prostitutas, la extraño muy cabrón. Tal vez no regrese o tal vez sí estamos destinados a estar juntos.
3 de agosto: No volverá, el jefe está destrozado, su mujer pidió el divorcio y yo estoy aún peor, no lo pidió para estar conmigo, se consiguió un napolitano millonario con más propiedades que cerebro, no es ni un poco interesante pero se pudre en dinero, debí saber que era lo único que ella buscaba, y placer por supuesto. No puedo negar que me había acostumbrado a ella pero me intento convencer de lo que algún día me dije: "Es sólo sexo".
30 de septiembre: Hoy es mi cumpleaños, llevo poco más de medio mes como director distrital. Ningún lujo me falta, estoy crudo y sigo tomando. Otro año que viví tomando, casi diario alcoholizado, menos esos días con ella, lo que pasaba con ella era inefable. Ahora terminó.
11 de octubre: Salí con una amiga de la oficina, todo terminó mal, me puse pedísimo, dijo que la había humillado frente a sus familiares y conocidos, ella sabía a lo que se arriesgaba al pedírmelo, me conocía y también mi pasado, no me puede reclamar nada aunque estoy seguro de que no me volverá a dirigir la palabra en su vida. Es una lástima, cogía muy rico.
21 de noviembre: La encontré por la calle tomada de la mano del napolitano ese, tan insignificante como lo había imaginado. Estoy seguro que me vio, yo iba manejando y ella cruzando pero sentí su mirada, vino a derrumbar mi mundo de nuevo.
3 de diciembre: Me llamó e intento hacerme plática, su único propósito era volver a tener sexo conmigo, preguntó si había superado el alcohol y le mentí, logró su cometido, es una hipócrita, nada le falta y jamás le faltará. Su avión sale en dos horas. Llevo botella y media y no tengo ganas de detenerme.
24 de diciembre: Me despidieron por no presentarme a trabajar, sigo recibiendo dinero de mi primer trabajo, antes del alcoholismo, he tomado más que nunca, nunca pensé hacer esto por una mujer y mucho menos una ajena, sí, sí la necesitaba y ella nunca me necesitó, mi alivio lo encuentro en el alcohol, lo olvido todo y despierto sin recordar, he repetido ese ciclo por casi un mes.
19 de enero: Sigo perdido.
15 de febrero... -Deje sus cosas en la tercer ventanilla, bienvenido... de nuevo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario